PACTO POR LA PRIMERA INFANCIA

Hacer visibles a niños de 0 a 5 años en la Política Pública de nuestro País. 


10 compromisos, más de 400 Organziciones de la Sociedad Civil sumando esfuerzos para incluir acciones a favor de la Primera Infancia en nuestro País. Se impulsa el uso de lactarios, en la entidad, ya se cuenta con 98 espacios de este tipo; el DIF estatal atiende a más de cinco mil familias con hijos en edad no escolar y a 106 mil pequeños que viven en comunidades de alta marginación y que pueden sufrir desnutrición. Son Acciones que organizaciones de la Sociedad Civil han venido trabajando, con  este pacto se retoma los principios de la Agenda 2030, cuyos Objetivos de Desarrollo Sostenible están en el Plan de Desarrollo del Estado de México y beneficia a más de un millón 700 mil de menores mexiquenses.

Los primero años de los niños son de suma importancia ya que de los el mayor desarrollo del cerebro ocurre durante los primeros 4 primeros años y depende en parte, del entorno en el niño crece, nutrición, salud, la protección que recibe.

¿Por qué es importante atender a la primer infancia? 

Durante los primeros años de vida, y en particular desde el embarazo hasta los 3 o 4 años, los niños necesitan nutrición, protección y estimulación para que su cerebro se desarrolle correctamente. Los progresos recientes en el campo de la neurociencia aportan nuevos datos sobre el desarrollo cerebral durante esta etapa de la vida. Gracias a ellos, sabemos que en los primeros años, el cerebro de los bebés forma nuevas conexiones a una velocidad asombrosa, según el Centro para el Niño en Desarrollo de la Universidad de Harvard, más de 1 millón cada segundo, un ritmo que nunca más se repite.

Durante el proceso de desarrollo cerebral, los genes y las experiencias que viven —concretamente, una buena nutrición, protección y estimulación a través de la comunicación, el juego y la atención receptiva de los cuidadores— influyen en las conexiones neuronales. Esta combinación de lo innato y lo adquirido establece las bases para el futuro del niño. Sin embargo, demasiadas niñas y niños se ven privados de tres elementos esenciales para el desarrollo cerebral: “comer, jugar y amar”. En pocas palabras, no cuidamos del cerebro de los niños de la misma manera en que cuidamos de sus cuerpos.

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